El primer paso para facilitar el planchado es cuidar los tejidos antes de que lleguen a la tabla de planchar. Tender la ropa, por ejemplo, es una operación subestimada que a menudo hacemos deprisa y corriendo,  sin tener en cuenta las consecuencias.  La ropa bien tendida, mantiene mejor la forma, tiene muchas menos arrugas, y, en ocasiones, hasta es posible no tener que plancharla. 

COMO TENDER LOS TEJIDOS

Faldas y pantalones se deben tener del revés, sujetándolos en dos partes. De esta manera, el agua acumulada en la parte más voluminosa resbala hacia abajo acelerando el secado.

Para secar rápidamente las sábanas, tiéndelas por los extremos con muchas pinzas formando una especie bolsa que favorecerá el paso del aire.

Un truco para tender las camisas más de prisa consiste en sacudirlas enérgicamente y luego colocarla directamente en una percha teniendo la precaución de abrochar al menos los primeros 3 botones.

No hay necesidad de planchar las cortinas: cuélgalas cuando estén todavía ligeramente húmedas y su peso será suficiente para eliminar la mayor parte de las arrugas. Para obtener los mejores resultados, puedes plancharlas verticalmente con Vaporella.

Sueters y jersey se pueden deformar si se tienden de manera incorrecta. Un truco de otros tiempos consiste en el enhebrar un viejo par de medias en las mangas y luego colgar "los pies", sujetándolos con un par de pinzas.

Los tejidos lavados a mano, en particular lana y cachemir, absorben mucha agua y hace que pesen más y se sequen más lentamente. Si no admiten centrifugado, se han de tender en horizontal para evitar que se deformen y cubrir el tendedero con una toalla.